Fue mi primera vez en Europa del este, venia con algo de miedo,  pero con muchas expectativas, desde el momento en que sales del aeropuerto te das cuenta que estas en otro mundo,  la sensación que te da el ambiente de la ciudad, la arquitectura  es  fría como sacada de una película de espías de la antigua unión soviética, a medida que uno se acerca a la ciudad  vieja, los edificios se va tornando mas góticos, mas oscuros, reflejando  toda la historia de dolor y  guerra que sufrió esta nación.
Para mi Praga se convirtió en una de mis ciudades favoritas de manera casi inmediata, el x que? Ni yo me lo explico, quizás por la mezcla de culturas que existe ahora, quizás por la arquitectura, o simplemente por el hecho de que estaba alli, Es una ciudad que siempre observe de lejos, por fotos, escuchaba de ella, creo que ya la conocía esta era la oportunidad de reencontrarnos.
Por supuesto lo primero qe quería ver era el reloj astronómico, llegue hasta el, esta en plena plaza principal, puedes subir y escuchar al trompetista desde lo alto de la torre o simplemente sentarte en no de los tantos cafés que están en frente y observarlo por horas, mientras bebes una cerveza, un café o simplemente conversas con la gente que te rodea.
El puente de carlos es otra joya de arquitectura, caminar a través de el, y ver a los pintores, fotógrafos y artesanos es único, las imágenes que puedas llevarte en la memoria las recordaras toda tu vida.
No se si volveré a Praga, lo que si es seguro es que la llevare en mi recuerdo como una ciudad mágica, una ciudad en la que puedes ver en el rostro de las personas mayores la tristeza y las huellas que dejo la guerra, y por otro lado la esperanza y el adelanto que ofrecen los nuevos tiempos.

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